La resistencia mecánica de los envases de vidrio está fuertemente influenciada por su nivel de defectuosidad superficial, por lo tanto una de las principales causas que llevan a la rotura de las botellas es el daño que se produce a causa del mutuo contacto entre envases de vidrio y/o entre el vidrio y otros cuerpos abrasivos, que pueden tener lugar durante su movilización a lo largo de las líneas de producción, el transporte o el uso.
Para reducir el riesgo de rotura es necesario caracterizar las líneas de embotellamiento, individuar los puntos críticos potencialmente en grado de dañar el envase, e intervenir minimizando la severidad de los choques, roces e impactos. A este fin, la Estación Experimental del Vidrio propone el uso de una tecnología innovadora que, a través de la medición de las aceleraciones y desaceleraciones sufridas por una botella con instrumental, y luego la oportuna elaboración de los datos, provee un mapeo de las intensidades de impacto a lo largo de toda la línea de llenado.